A la mañana abrí moviendo el mismo peón de siempre, sorprendida no entendiste de qué juego se trataba. Quiso el destino, la guerra, o el tablero caprichoso -nunca el azar- cruzarme después del almuerzo, a la cálida luz de la boletería del teatro, con las mismas calzas naranjas que, inexplicablemente, daban una clase de buen gusto mientras el top colorado clamaba por cada una de las exhalaciones que le permitían respirar.
La reacción fue sencilla, de entendimiento tácito, de un conocimiento cabal del juego, sacando las torres. Una partida sin estilos ni estrategias, casi violenta, casi viciosa, en la que anunciando una jugada inocente se desataba un intercambio de piezas, coqueteando con el jaque se extendía una partida que ninguno se atrevía a liquidar, estableciendo tablas sobre tablas.
Largo rato después el rojo y el naranja volvieron a sentirse palpitantes sobre la carne, con revancha prometida, y sin acordar quien abrirá la próxima partida.
"Sin TRigo" nació como un simple nombre alternativo a un blog ajeno que no prosperó, para esa época yo ya hacía casi un año(?) que escribía en La Redó y me decidí a largarme con el blog propio.
El primer leit motiv fue "Sin TRigo pero con mucha paja", hubo otros, el que más duró fue "Sin TRigo pero con mucho fuego"; hubo un momento en que cayó en mis manos uno de esos libros que te queman la cabeza, hablaba -entre muuuchas otras cosas- de la importancia del maíz en la vida del aborigen americano (el maíz es el único cereal originario de América), un aborigen "sin maíz" no existe, muere, su vida toda gira en torno a su cultivo.
Puede decirse entonces que cada uno debe buscar "su maíz", yo ya estaba sin trigo y entonces empecé a buscar mi maizal.
Empieza hoy el "Camino al Maíz".
Pueden saludar al partir.
Pueden acompañar un par de kilómetros.
Pueden señalar los pasos a seguir si conocen el camino.
Pueden acercarse a saludar desde el borde del camino.
Pueden -cada tanto- alcanzarnos una vianda para recuperar fuerzas.
A veces un empujoncito o bastón puede ser de ayuda.
Alguno quizás pueda ofrecer refugio nocturno.
Voy a pie, hay lugar para quien quiera sumarse.
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