Porque canta en la banda en la que siempre quiso cantar. Porque canta en la banda en la que todos queremos cantar. Porque transformó una banda del montón en una aplanadora de cráneos. Porque es inevitable no rendirse a sus pies.
En las distancias suele no haber lugares, aunque quizás nos guste buscarnos, y más aun encontrarnos. Bocas secas por ausencias absolutas. Si no tomo de mi copa pero arrojo su contenido formando un puente hasta tu boca, encontraré humedad en ese mar lejano? Quiero hundirme, una vez en la orilla hundirme, y saciar mi sed.
Puede calcularse que sólo de la mitad de cancha hacia el escenario había al menos unos 15.000 fanáticos con edades desde los 15 hasta los 45, tres generaciones que se congregaron a adorar lo fundacional de cualquier cosa que hoy pueda autoproclamarse o etiquetarse por encima de "rock". Era de día aun y no hubo luces que se apagasen presagiando nada, pero el constante hervor bullicioso de la temperatura corporal y el chisporroteo in crescendo de las terminaciones nerviosas no podían equivocarse, la banda iba a salir en cualquier momento. Todo fan tiene un tema particular que lo transporta a lo más primitivo de su ser, y ese tema suele ser el más visceral y básico de todos, un creciente galope que marca el ritmo de tu taquicardia, ése tema con el que cada uno de nosotros sueña con que cierren el show para irnos a casa felices y que nada más importe mientras con alcohol fijamos el recuerdo a fuego. Se sentía en el aire la llegada de los cuatro brummies; ya la expectativa había derivado en excitación y ésta en una histeria de violencia semicontenida donde el empujón había perdido ante el agarre y éste a su vez perdía frente a codazos y golpes de puño lanzados por cuerpos buscando ganar metros en el terreno rumbo al escenario. El instinto me llevó a lograr una buena ubicación en distancia y altura que defendí como la vida misma, la adrenalina giraba mientras el mundo se llenaba de un atardecer violáceo mientras flotaba rumbo al escenario remando contra una masa que intentaba frenarme. Entre tanta excitación nadie escuchó los primeros acordes -más presagios que arpegios- pero todas las almas -perdidas ellas- se elevaron al ritmo de un tambor ancestral y un bajo avernal, cómo no sentirse así... si hasta el experimentado, siempre sobrio, ubicado y atildadamente británico Rob Halford en aquellos épicos recitales en Costa Mesa como cantante invitado brincaba cual cruza lisérgica entre un saltimbanqui embravecido y el idiota-pinhead que llevaba el cartel de Gabba-Gabba-Hey!, entonces que así estábamos, cómo no estarlo! si los muy hijos de puta abrieron con "Children of the grave".
Como ustedes bien dicen su producto "crema de afeitar" es refrescante, humecta la piel, deja un aroma suave y la piel rejuvenecida, ante la pregunta hecha en su comercial "si usted no se baña con crema de afeitar... por qué se afeita con jabón"? les respondo lo siguiente: porque bajo la ducha da lo mismo. De hecho, a partir de las propiedades por ustedes enunciadas, con gusto me bañaría con crema de afeitar si no fuese comparativamente tan caro y si mi barbilla como el resto de mi piel reclamasen mejor trato, pero no lo hacen. Es como preguntar "si usted no se limpia el culo con carilina... por qué se suena la nariz con papel higiénico?", por una simple cuestión de costo comparativo y porque ni el culo ni la nariz me lo reclaman.
"Sin TRigo" nació como un simple nombre alternativo a un blog ajeno que no prosperó, para esa época yo ya hacía casi un año(?) que escribía en La Redó y me decidí a largarme con el blog propio.
El primer leit motiv fue "Sin TRigo pero con mucha paja", hubo otros, el que más duró fue "Sin TRigo pero con mucho fuego"; hubo un momento en que cayó en mis manos uno de esos libros que te queman la cabeza, hablaba -entre muuuchas otras cosas- de la importancia del maíz en la vida del aborigen americano (el maíz es el único cereal originario de América), un aborigen "sin maíz" no existe, muere, su vida toda gira en torno a su cultivo.
Puede decirse entonces que cada uno debe buscar "su maíz", yo ya estaba sin trigo y entonces empecé a buscar mi maizal.
Empieza hoy el "Camino al Maíz".
Pueden saludar al partir.
Pueden acompañar un par de kilómetros.
Pueden señalar los pasos a seguir si conocen el camino.
Pueden acercarse a saludar desde el borde del camino.
Pueden -cada tanto- alcanzarnos una vianda para recuperar fuerzas.
A veces un empujoncito o bastón puede ser de ayuda.
Alguno quizás pueda ofrecer refugio nocturno.
Voy a pie, hay lugar para quien quiera sumarse.
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