El número goza de una elocuencia particular, tiene un modo de convencer sobrio, profundo y perdurable. La palabra entraña un peligro en la inercia de su exclamación, que arrebata con más facilidad y exalta, pero los entusiasmos y decisiones que provoca suelen ser efímeros como la flámula en el calor de la hojarasca.
A nadie le son indiferentes los números cuando los números se refieren a su propia vida. Los números de su propia vida apasionan a todos. El número de pesos mensuales que recibirá en su empleo y los pesos que podrá invertir en comer, vestir o divertirse, son cifras habituales de la conversación cotidiana. Pero para ocuparse de los grandes números, en que la existencia colectiva se concreta, se requiere una sensibilidad especial y una educación particular. Se requiere que el lector o el auditor aprecie su propia vida como comprendida dentro del juego de esos números inmensos. Se requiere que una educación previa le haya enseñado a sentirse una molécula inseparable del conjunto nacional y a comprender instintivamente, sin proponérselo en cada caso, que las fluctuaciones de su poder adquisitivo y el número de alegrías que tiene virtud para conquistar son simples anécdotas involucradas en los números que determinan los movimientos conjuntos. En una palabra, se requiere que el lector o el auditor posea una fuerte conciencia nacional. Y ése no es el caso habitual entre nosotros, porque la disgregación del cuerpo nacional en pequeñas partículas y en pequeñas banderías ha sido, y es, un propósito constantemente perseguido por los que aprovechan de esa desunión: los capitalistas extranjeros que expolian la tierra argentina y la oligarquía argentina al servicio de ese capitalismo.
Raúl Scalabrini Ortiz, Política británica en el Río de la Plata, 1938
Un boleto de un peso, un paquete para entregar. Un tubo de tinto cada tres de los que niego, unidos en un solo módulo que roza lo ilegal y se rodea de palabras afines. Un perímetro de mediasombra y una tela para acrobacias.
Una batería, un percusionista. Una guitarra, una pollera y dos bajos. El viento en la cara, y todo a mi cuenta.
Y yo digo, ya que los subnormales muchachos del SUTERH van a cuidar los "recursos no renovables"... podrían empezar no desperdiciando litros, litros, y más hectolitros de agua cada mañana cuando riegan las baldosas... no?
La primer carta fue de disculpas y despedida, la peor carta que jamás me dedicaron. Horas antes habías pedido que no te deje, que no te olivde, que me querías.
La siguiente fue de agradecimiento y disculpas. La tercera no pide disculpas, simplemente saluda y festeja.
"Sin TRigo" nació como un simple nombre alternativo a un blog ajeno que no prosperó, para esa época yo ya hacía casi un año(?) que escribía en La Redó y me decidí a largarme con el blog propio.
El primer leit motiv fue "Sin TRigo pero con mucha paja", hubo otros, el que más duró fue "Sin TRigo pero con mucho fuego"; hubo un momento en que cayó en mis manos uno de esos libros que te queman la cabeza, hablaba -entre muuuchas otras cosas- de la importancia del maíz en la vida del aborigen americano (el maíz es el único cereal originario de América), un aborigen "sin maíz" no existe, muere, su vida toda gira en torno a su cultivo.
Puede decirse entonces que cada uno debe buscar "su maíz", yo ya estaba sin trigo y entonces empecé a buscar mi maizal.
Empieza hoy el "Camino al Maíz".
Pueden saludar al partir.
Pueden acompañar un par de kilómetros.
Pueden señalar los pasos a seguir si conocen el camino.
Pueden acercarse a saludar desde el borde del camino.
Pueden -cada tanto- alcanzarnos una vianda para recuperar fuerzas.
A veces un empujoncito o bastón puede ser de ayuda.
Alguno quizás pueda ofrecer refugio nocturno.
Voy a pie, hay lugar para quien quiera sumarse.
Normas del sitio:
Son todos bienvenidos, hay libertad para opinar y expresarse, pero me reservo el derecho de editar o borrar contenidos o comentarios a mi solo criterio.
No se tolerará ningún tipo de agresión o discriminación.
Me reservo todos los derechos sobre el material propio acá publicado, el cual es de libre circulación siempre y cuando citen y linkeen la fuente.
Esto no es un diario personal, por lo tanto no hay que necesidad de relacionar nada de lo publicado con nada, actual, pasado o futuro.
Más normas de comportamiento en la zona de adhesiones.
Observaciones, quejas y consultas acá.